miércoles, 22 de abril de 2009

de "Semblanzas inocentes de mediodía"

Vereda

Las huellas de los que transitaron por tu cuerpo
no han quitado de tu perfume esa parte de paz
que suele consumirme cada vez que te abrazo
Es cierto que no sé donde llevarte
y que me conformo con escucharte en la puerta de tu casa
Casi no sé bailar
no tengo gracia para sonreír, tampoco dinero
Soy torpe para hablar
y tal vez tú sepas que no me gusta el silencio
por eso te escucho con atención
disfrutando el movimiento de tus labios.
Casi no tengo huellas en el cuerpo,
si supiera hablar no sabría que decir
y te sigo escuchando en mi pedazo de vereda
ensayando las fórmulas de las mentiras
que usaré ante de irme.

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